Un acabado estudio de la Universidad de Concepción indica que los cambios de bosques naturales a plantas introducidas provocaría un negativo impacto en todos los sistemas hidricos de nuestro país.
«La sustitución de bosque nativo por plantaciones forestales de pino y eucalipto y cultivos agrícolas, como también la deforestación, están alterando los ecosistemas ribereños.»
«El reemplazo de la vegetación nativa por plantaciones en las riberas de los ríos perjudica (entre otras especies nativas) sobre todo a las larvas de insectos, base de la cadena trófica.»
«La calidad del agua también varía entre los ríos aledaños a bosques prístinos y los que están junto a áreas intervenidas, revela el estudio. Es así como la cuenca del Chaihuín, en la Reserva Costera Valdiviana, mostró los índices de agua más limpia, mientras que los más bajos se registraron en las zonas aledañas a plantaciones agrícolas como las del Lago Budi.»
Fuente: El Mercurio bit.ly/